Hace ya unos meses que a raíz de la lectura de este artículo entendí algo mejor algunos de los dolores lumbopelvicos que a menudo acuden a mi consulta. El artículo habla de el rol del ligamento iliolumbar (LIL) en el dolor sacroilíaco y cita el llamado Sd Iliolumbar como causa de un alto porcentaje de los dolores lumbopelvicos.

El Sd Iliolumbar fue descrito por Hirschberg en el año 1979 con la publicación del articulo “Iliolumbar syndrome as common cause of low back pain: diagnosis and prognosis”. Arch Phys Med Rehabil 1979: 60: 415-419. En este artículo se sitúa el LIL como la causa primaria de muchos casos de dolor lumbar crónico con las características siguientes:
1. Dolor espontáneo en el aspecto posterior de la cresta ilíaca

2. Dolor unilateral y localizado (se lo señala con un dedo)

3. Empeora en posición mantenida (BP o SD)

4. Incrementa con una inclinación contralateral

5. No hay déficit neurológicos asociados

Estoy convencido que después de leer esto os vienen a la mente multitud de pacientes que tratáis habitualmente. J. A. SIMS y  S. J. MOORMAN explican en su artículo porqué la afectación del LIL está detrás del dolor de muchos de nuestros pacientes. El ligamento iliolumbar es el componente más débil del llamado TRIÁNGULO MULTÍFIDO (Ilíaco articulado con sacro, sacro articulado con L5 y L5 al ilíaco a través del LIL). Su función es dar estabilidad a la charnela lumbosacra. Tiene una gran posibilidad de lesión debido a la disposición de sus inserciones (gran estrés mecánico). Es el inhibidor primario del exceso de nutación sacra y el más débil de los 3 ligamentos participantes (Sacrociáticos, sacrotuberosos y iliolumbares). La clave de todo está en que es un ligamento altamente inervado nociceptivamente tanto en si mismo com en su unión fibro-ossea. El estrés mecánico de la zona lumbosacra lesiona al ligamento cuyos receptores nociceptivos se despolarizan provocando la clínica. En presencia de discopatías, al perder estabilidad la charnela lumbosacra, la acción del LIL resulta aún más solicitada y sufre más de lo debido. Por eso y como postuló Hirschberg en las conclusiones de su estudio: “Distinguishing the iliolumbar syndrome from the root irritation syndrome may avoid unnecessary surgery” (Distinguir el síndrome iliolumbar del síndrome de irritación de una raíz nerviosa puede evitar cirugías innecesarias)

No os descubriré nada nuevo si os digo que la biomecánica de la zona sacroilíaca es una de las más complejas a comprender, que es mucha y muy variada la clínica de esta zona y que su tratamiento conlleva dificultad. No obstante, la comprensión de los mecanismos que llevan al LIL a “chillar de dolor” me ha ayudado a enfocar mejor el abordaje osteopático a los pacientes que sufren dolor en esta zona.

Espero que a vosotros también os ayude