Osteopatía en las alteraciones NEURO-MUSCULO-ESQUELÉTICAS

La práctica de la Osteopatía precisa de un conocimiento profundo del sistema musculoesquelético y de la biomecánica humana. La comprensión de la anatomía y la fisiología del sistema articular  es una de las bases para un abordaje osteopático efectivo. Esto incluye conocer los patrones de movimiento fisiológico, las estructuras que participan de este movimiento normal y reconocer cuando existen alteraciones. A la vez, es preciso reconocer la causa de dicha alteración la cuál puede encontrarse en lesiones o disfunciones del mismo sistema o en influencias de otros sistemas corporales. 

El Osteópata analiza la postura pero sobretodo el movimiento. El sistema musculoesquelético no es únicamente un sistema de locomoción aunque esa sea una función importante. Es también un sistema de transmisión y disipación de carga, un sistema de anclaje de vísceras y órganos corporales, un sistema de bombeo fluídico y un sistema protector. Para dar respuestas a todas estas demandas, el sistema musculoesquelético precisa de una buena relación entre sus estructuras y también con las estructuras vecinas. A la vez, la inervación e irrigación de este sistema es determinante para su buen funcionamiento.

Desde sus inicios, el tratamiento osteopático ha utilizado el sistema musculoesquelético como un elemento de diagnóstico y como una diana terapéutica. Por eso es uno de los campos donde la Osteopatía se muestra más efectiva. Además, el tratamiento del sistema musculoesquelético permite al osteópata interaccionar con sistemas más inaccesibles manualmente tales como el sistema nervioso, el sistema vascular, el sistema immune o el endocrino permitiendo extender el tratamiento a alteraciones de origen no musculoesquelético.

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¿Qué tratamos?

Dolores raquídeos provocados por disfunciones o alteraciones degenerativas y/o inflamatorias en estructuras articulares, ligamentosas y musculares de la columna cervical o lumbar. En este apartado, además, se incluyen todas aquellas discopatías (protusiones y hernias discales) que no presentan signos de irradiación. El dolor lumbar, es extremadamente común siendo actualmente un verdadero problema de salud pública, tanto por su incidencia, como por el gasto sanitario asociado.

Determinar la causa originaria es complejo siendo el 80% de las lumbalgias catalogadas como inespecíficas. La actividad física se presenta como la mejor medida terapéutica para combatir estos problemas, si bien, la terapia manual, ha evidenciado tener un gran valor terapéutico en estas presentaciones.

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Lecturas recomendadas:

  • Neck Pain: John D. Childs, Joshua A. Cleland, James M. Elliott, Deydre S. Teyhen, Robert S. Wainner, Julie M. Whitman, Bernard J. Sopky, Joseph J. Godges, Timothy W. Flynn, Anthony Delitto, George M. Dyriw, Amanda Ferland, Helene Fearon, Joy MacDermid, James W. Matheson, Philip McClure, Paul Shekelle, A. Russell Smith, Jr, Leslie Torburn.
    Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy 2008 38:9A1-A34
  • Low Back Pain: Anthony Delitto, Steven Z. George, Linda Van Dillen, Julie M. Whitman, Gwendolyn Sowa, Paul Shekelle, Thomas R. Denninger, Joseph J. Godges.
    Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy 2012 42:4A1-A57
La afectación de las raíces nerviosas que emergen de la columna vertebral es la más frecuente de las afectaciones neuropáticas y provoca la pérdida o disminución de la función sensitiva o motora de dicha raíz nerviosa. El paciente padece signos de características neurológicas o bien en las extremidades superiores (en caso de radiculopatías cervicales) o en las inferiores (en caso de radiculopatías lumbares). Es el caso, por ejemplo, de la tan conocida Ciática. La afectación de la raíz puede ser por causas compresivas o inflamatorias, alterando el entorno químico de la raíz nerviosa.

En estos casos hay que evaluar concienzudamente el problema a través de un examen neurológico de los reflejos osteotendinosos, la sensibilidad y la función motora del paciente. El tratamiento osteopático se encaminará a mejorar mecánicamente el entorno de la raíz nerviosa, a asegurar la falta de alteraciones mecánicas en el recorrido del nervio afecto y a mejorar la mobilidad y distribución de cargas en el área raquídea implicada.

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En comparacion con el dolor lumbar y el cervical, el dolor dorsal o torácico es mucho menos prevalente. Sin embargo hay que prestar mucha atención a estas presentaciones clínicas pues a veces esconden problemas sistémicos o orgánicos que refieren dolor al área torácica. Por otro lado, si bien las discopatías y los problemas degenerativos son las entidades clínicas más comunes, existen otras alteraciones raquídeas que pueden evolucionar favorablemente con el tratamiento manual. La espondilolistesis se define como el desplazamiento (antero-posterior) de una vértebra respecto a su subyacente. Pueden ser congénitas, traumáticas o degenerativas, no obstante, el mayor porcentaje de casos, se presenta en su grado más leve siendo en muchas ocasiones clínicamente poco relevante. Sin embargo, la presencia de factores degenerativos, discopatías, espondilolistesis o la combinación de algunos de estos factores, puede conducir a fenómenos de claudicación neurogénica por estenosis del canal central y/o lateral.

En estos casos, el tratamiento conservador a base de ejercicio físico y terapia manual es el tratamiento de elección si bien hay que mantener un control cercano para averiguar en que momento el tratamiento puede dejar de estar indicado o se precisan medidas quirúrgicas.

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Dolores ubicados en las articulaciones de la extremidad superior o inferior. Su afectación puede tener multiples causas abarcando desde lesiones deportivas a problemas reumáticos que afectan de forma muy específica estas articulaciones. Cada caso debe valorarse individualmente pues según la causa del problema y su evolución el tratamiento osteopático puede variar considerablemente. En este apartado encontramos todo tipo de tendinopatías, lesiones ligamentosas o meniscales, síndromes compresivos como el Sd. Subacromial o Sd del Túnel del carpo, procesos degenerativos periféricos o disfunciones mecánicas periféricas.

En estos casos, a pesar de que la clínica se ubique de forma muy clara y específica en una articulación en particular, es importante la valoración de la extremidad afecta en su conjunto y la relación de esta con el tronco o la pelvis. Exceptuando los casos claramente traumáticos es habitual que estos problemas respondan a patrones de movimiento o de carga alterados que acaban por sobrecargar algunas estructuras anatómicas.

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Las Sacro-Ilíacas (S/I) son un par de complejas articulaciónes situadas en la parte más baja de nuestra columna vertebral uniendo el hueso sacro y el hueso coxal o Ilíaco. Su estratégica ubicación en la plevis y sus particularidades anatómicas y kinéticas hacen que un gran número de pacientes sientan dolor en esta zona. Si bien hay que decir que sentir dolor en la zona lumboplevica de forma lateralizada no tiene porque tener una etiología S/I, las alteraciones en esta articulación están ampliamente descritas en la literatura científica. Su prevalencia no se sabe con exactitud pero oscila entre el 18 y el 30% de los casos de dolor lumbar.

Para estas presentaciones existen herramientas de exploración manual que han demostrado bastante fiabilidad diagnóstica (especialmente si se combinan) y, una vez más, el tratamiento manual junto con el ejercicio físico se convierten en una herramienta terapéutica de primer orden.

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El dolor de cabeza o cefalea es una entidad clínica compleja debido al numero de tipos y etiologías diferentes que se engloban dentro de este título. En este sentido, la principal labor del osteópata delante de un paciente que acude con dolor de cabeza es realizar un buen diagnóstico diferencial para determinar aquellos tipos en los que el tratamiento osteopático pueda estar indicado. Esto es especialmente relevante pues el dolor de cabeza es un síntoma que acompaña o avisa de algunas patologías serias que contraindicarían el tratamiento osteopático y que convendría referir al profesional pertinente. Las presentaciones que responden bien al tratamiento osteopático son la Cefalea Cervicogénica, la Cefalea Tensional y, en mucho menor grado la Migraña. A menudo estas cefaleas se acompañan de síndromes de inestabilidad cuyo diagnóstico debe ser igual de minucioso, separando claramente las inestabilidades de origen vestibular (vértigos) de las de origen cervical.

Si el proceso de diagnóstico se realiza correctamente, el tratamiento manual es altamente efectivo en este tipo de Cefaleas

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