Como muchos sabéis, el pasado viernes 3 de Febrero se celebró en Barcelona una mesa redonda de debate centrada en los principios osteopáticos, la identidad de la profesión y el encaje de esta en el movimiento de medicina basada en la evidencia. Podéis leer la introducción a esta mesa redonda en esta entrada

Siendo parte implicada en la organización, ante todo quisiera agradecer a los ponentes su participación y especialmente al numeroso público que acudió a la cita (sobre 70 personas) y que participó con sus comentarios. Para quien quiera profundizar en lo dicho en ese debate, las dos horas y cuarto que duró han sido transcritas aquí

En esta entrada quisiera dar mi opinión personal ya que no pude darla en el momento, por mi papel de moderador de la mesa. A nivel general y para ser un evento bastante excepcional, creo que el debate fue plural y enriquecedor a varios niveles. Constato que la temática era demasiado abierta visto que a menudo el discurso se iba a otras temáticas que no eran propiamente las de debate. Lo considero normal cuando se habla de una profesión que tiene tantas cosas a debatir. El primer bloque se centró en la necesidad o no de actualizar-rescribir los principios osteopáticos adaptándolos a los tiempos actuales y favorecer así una mejor definición de la propia profesión. La conclusión general fue que no es tan necesaria una nueva modificación de los principios sino encontrar un mejor lenguaje y una mejor manera de comunicarlos. Se citó el documento Benchmarks in training of Osteopathy publicado por la OMS en 2010 cómo la última revisión de los principios y se aconsejo usar las directrices de este documento cómo punto de partida. Si bien no tengo nada que decir en cómo la OMS ha consensuado la definición de los principios, mi impresión personal es que por sí solos no definen ni explican de una forma clara el proceder de un Osteópata… y es normal.
Creo que hay que relativizar un poco la búsqueda de unos principios definitivos, evitar perdernos excesivamente en definiciones que nunca van a poder expresar completamente los pormenores de una profesión (osteopática o no) y centrarnos en explicar dónde el trabajo de un osteópata puede ser útil  y bajo que fundamento. Dicho de otra manera, los principios nos tienen que ser útiles a los osteópatas a nivel interno, para vehicular los objetivos de nuestra intervención, pero no creo que deban ser nuestra carta identificativa delante de otros colectivos sanitarios. Los osteópatas defendemos los principios porque a lo largo de nuestra práctica clínica van siendo integrados y estos cogen un sentido particular en cada uno de nosotros. No obstante, extraídos del contexto clínico y aunque encontremos mejores palabras para transmitirlos, siempre van a ser algo vagos y poco explicativos de lo que hacemos en el día a día.
El debate también quiso abordar la existencia o no de elementos que diferencien la identidad osteopática en relación a otras medicinas manuales. Se nombraron varias organizaciones e instituciones (no sólo osteopáticas) que indican que la práctica osteopática es distinta a otras profesiones de salud que utilizan técnicas manuales. Supongo que podríamos nombrar tantas otras que dicen lo contrario. Mi opinión ha ido sufriendo modificaciones con el tiempo. Pienso que es una obviedad decir que la diferencia no radica en las técnicas, creo que cuanto mejor sea el dominio técnico manual de un profesional (sea de la índole que sea) más herramientas terapéuticas tendrá y el origen de la técnica no es determinante. Creo profundamente que la diferencia está en los objetivos y el razonamiento clínico que fundamentan la acción terapéutica. Ese razonamiento clínico, es el que está impregnado de los principios que ahora se ponen a debate y que, si bien por si solos pueden expresar poco, en el contexto clínico, favorecen una visión distinta del paciente y su condición. Por otro lado, lo que alguien ve cómo un sacrilegio yo lo veo como una oportunidad. La fisioterapia que yo estudié me dio una visión muy estrecha y muy pocos recursos comparados con los obtenidos en los estudios de Osteopatía. No hace mucho, pero eran otros tiempos. El verdadero desarrollo profesional viene con la práctica en consulta y con la inquietud de buscar las herramientas que te permiten progresar. Eso hay que buscarlo por todas partes y porque no en las demás medicinas manuales. Ahora los tiempos son otros muy distintos, yo descubro actualmente grandes herramientas dentro de la fisioterapia actual, algunas (pocas) en la quiropráxia, muchas en la medicina general. Se me hace muy difícil afirmar taxativamente que lo que yo hago hoy en día es sólo Osteopatía y que es totalmente distinto a lo que hacen otros profesionales. Lo que si tengo claro es que mi visión del paciente, mi abordaje terapéutico y mi noción de la salud, tiene un claro fundamento osteopático y esa es para mí, la única diferencia. Pienso que es mucho más lo que nos une que los que nos separa y que el debate identitario simplemente es alimentado por cuestiones sobretodo económicas, políticas y académicas (por ambas partes).

Finalmente el debate puso sobre la mesa el encaje de la Osteopatía dentro del movimiento de la medicina basada en la evidencia (MBE). Algunos de los ponentes reclamaron, como yo he hecho otras veces, un cambio de paradigma o un nuevo modelo investigador que facilite a disciplinas cómo la Osteopatía la labor investigadora sin renunciar o limitar sus posibilidades. Resulta difícil generar investigación de alta calidad por conflictos metodológicos. En el debate surgieron un par de ideas interesantes. La primera, dejar de escudarse detrás de estos argumentos, investigar según el criterio que se considere más oportuno y utilizar de la mejor manera posible los modelos disponibles. Dicho de otra manera, que defendamos nuestros procedimientos adaptándolos al máximo a “las reglas de juego”. Quizás así llegue el ansiado cambio de paradigma, lo que es cierto, es que o caminamos este camino o no habrá camino. La segunda idea que me pareció interesante vino del público al hacernos percatar que incluso en medicina, cuando se investiga, se abandona parte del criterio clínico que guía la práctica diaria. Por defecto, la investigación está algo alejada de la consulta y eso pasa en todas las profesiones sanitarias. En resumen, hay que ser algo menos puristas y ponernos ya de una vez manos a la obra. No todo tiene que publicarse en el Lancet, JAMA o en BMJ pero hay que documentar y fundamentar nuestra terapéutica bajo los preceptos del método científico (de la mejor manera posible). Mi opinión es que cuanto más tiempo pasemos alejados de esta labor más lejos estará la Osteopatía de ser reconocida y aceptada como profesión sanitaria.

Si bien el debate por si solo no permite dar pasos adelante, si que abre puertas y construye puentes de diálogo nada fáciles dentro de nuestra tan conflictiva comunidad. El diálogo siempre es bueno y espero que sirva más para acercar que para alejar. Muchas veces, el mayor freno para el progreso de la Osteopatía proviene de los propios osteópatas.

Dejo este fantástico artículo para la reflexión

Nos vemos en la siguiente mesa redonda