Esta entrada va a suponer la primera de una pequeña serie de posts dedicados a la investigación en medicina manual. Cómo sabéis, la investigación en este terreno conlleva consigo una serie de limitaciones o dificultades fruto de un método científico elaborado a partir de un modelo basado en la investigación biomédica-farmacológica. El uso de este modelo para la investigación en medicina manual, aunque es inevitable (por ser el único existente por ahora) puede llevar a falsas conclusiones sobre la efectividad de los procedimientos manuales, y además obliga a trabajar sobre diseños considerados de menor calidad metodológica. En esta entrada del blog BICsalud del profesor Gustavo Paseiro Ares se resumen de forma muy pedagógica las principales limitaciones a las que hago referencia. Esta no es una situación nueva y se remonta a los principios de la investigación en medicina manual, muestra de ello es este artículo del Prof Irvin Korr PhD donde reclamaba un cambio de dirección en el paradigma investigador en relación a la investigación en Osteopatía.
Si bien los recursos con los que contamos no se adaptan perfectamente a los pormenores de nuestra disciplina, hoy por hoy es el método aceptado y con el cual tenemos que afrontar la ineludible responsabilidad de validar nuestros procedimientos. No obstante es importante conocer los retos que afrontamos y tener  imaginación para adaptar el método a nuestras necesidades. Espero que esta serie de posts ayuden a este propósito

Para empezar quisiera hablar del uso de placebos o de tratamientos simulados como controles en la investigación en medicina manual. Si uno analiza la literatura científica al respecto, se da cuenta que en numerosos ensayos clínicos, el uso de tratamientos simulados (Sham) o placebos han fallado en su premisa más primaria, es decir, ser intervenciones “inertes” que producen “nada” en contraposición al efecto que supuestamente produce la intervención. En 1955 Henry K. Beecher destapó el debate con su artículo “The powerful placebo” publicado en JAMA. Este artículo cambió completamente la concepción del placebo para transformarla en algo que tenía cierto efecto sobre el paciente. ¿Pero cómo puede una sustancia inerte tener algun efecto? La respuesta pasa por cambiar el significado de placebo, dejar de hablar de tratamiento o sustancia placebo y empezar a hablar de respuesta placebo. La respuesta placebo no puede ser debida por el propio placebo sino que es causada por el propio sujeto. Fabrizio Benedetti, en su libro Placebo Effects: Understanding the mechanisms in health and disease (2009) describe esta respuesta como un fenómeno psicobiológico que ocurre en individuos o grupos de personas y que es causada por expectativas, creencias e ideologías y no por el propio tratamiento activo. Otros autores argumentan que la respuesta placebo puede ser debida a una combinación de efectos como la evolución natural de la enfermedad, la regresión a la media, a tratamientos concomitantes, a los intentos del paciente de agradar, a defectos metodológicos y otras cosas. En realidad no hay un gran acuerdo entre autores sobre los mecanismos que hay detrás de la respuesta placebo y también es interesante analizar el efecto adverso a la respuesta placebo (que la hay), los llamados nocebos y su función en el dolor y el estrés (ver este artículo). Lo que parece comprobado, es que el significado que tiene la situación en cada paciente (“The meaning response”) así como los aspectos más culturales, determinan la respuesta a veces a favor y a veces en contra de la intervención. En resumen debemos concluir que los efectos observados en los tratamientos (sean farmacológicos o manuales) forman parte de aspectos específicos e inespecíficos del encuentro terapéutico. Esto ha propiciado que los diseños de investigación (especialmente los experimentales) cada vez se diferencien más entre los llamados “exigentes” (fastidious studies) que tratan de minimizar al máximo estos mecanismos para evaluar de la forma más escrupulosamente posible el ingrediente activo y los llamados “pragmáticos” en los que los efectos de la respuesta placebo es aceptada como parte de los efectos no-específicos de la intervención (pero inherentes a ella). La investigación en medicina manual tiene su máximo potencial en el formato pragmático

Encontrar un control apropiado para la investigación en medicina manual es algo que todavía no ha sido conseguido satisfactoriamente. Eso es debido a que un placebo, en su sentido estricto no es posible. Se ha probado de todo. Controles que simplemente son valorados sin ninguna intervención aplicada, simulaciones de tratamiento casi exactas a la intervención de estudio pero «sin aquello» propio de la intervención, controles en los que no se ha informado sobre el tratamiento que van a recibir (ético?), sesiones de electroterapia con instrumentos apagados, intervenciones manuales “sin intención” o realizados por gente no entrenada. Todo ello nos lleva a la obligada pregunta de ¿Cuál es el ingrediente activo en los procedimientos manuales? Dejo la respuesta abierta al lector con la esperanza que se cree un buen debate en el blog.

Muchos de vosotros conoceréis a Michael M. Patterson PhD, profesor (retirado) de principios y práctica osteopática en el College of Osteopathic Medicine, Nova Southeastern University, Florida, USA. Entre muchas otras cosas, es conocido por abordar los dilemas del uso de placebos en la investigación en el campo de la Osteopatía y de la medicina manual en general. Su conclusión, rotunda, es en primer lugar, que hay que aceptar que los efectos de cualquier abordaje manual siempre serán la mezcla de los ingredientes activos de la terapia aplicada (específicos) más los efectos obtenidos a partir de la respuesta del paciente a esa situación (no-específicos). Todo ello forma parte de la intervención. Por lo tanto, la mejor manera de diseñar un estudio experimental es que el grupo control no reciba contacto alguno. Eso permite al estudio evaluar la eficacia del procedimiento manual en relación a la evolución natural del problema y controla el fenómeno de regresión a la media. Las comparaciones con controles simulados son diseños que en definitiva comparan intervenciones completas con medias intervenciones. En esta situaciones, es deseable incluir una tercera rama al estudio en la que no se intervenga en absoluto.

Retomo el principio de la entrada y reitero el reto que supone la investigación en medicina manual pero como hemos visto, existen formas y maneras de conseguir avanzar en este terreno sin renunciar a las bases fundamentales de nuestro abordaje. Es pero imprescindible conocer bien la metodología y encontrar esas ranuras que nos permiten hacernos huecos en un sistema de por si muy cartesiano. Afortunadamente este camino ya está empezado, ahora nos toca a nosotros tomar el relevo.

“The osteopathic treatment, the chiropractic, massage, or the physical therapy sesion cannot be factored apart or taken piecemeal, but each procedure is a unified unit of treatment thant includes both specific and “nonspecific” elements inherent in any patient-provider interaction” Michael M PattersonThe Science and Clinical Application of Manual Therapy (2011)

Os dejo el enlace a un vídeo excelente que hace reflexionar sobre el uso de placebos y el poder de la llamada respuesta placebo

Otras entradas de la serie «Investigación en medicina manual»:
Investigación en medicina manual: Osteopatía basada en pruebas
Investigación en medicina manual: Estudios observacionales
Investigación en medicina manual: Falta de evidencia, ¿como actuar?