Hace un par de meses empecé una serie de posts dedicados a la investigación en medicina manual. En ellos quisiera abordar las dificultades y los retos que se presentan a cualquier investigador en este campo. El objetivo es crear entre todos un debate que nos permita dar pasos adelante hacia esta necesidad insalvable: Investigar.

Pienso que este debería haber sido el primer post de esta serie ya que, más que entrar en los pormenores metodológicos, quisiera reflexionar sobre como posicionarnos como terapeutas manuales delante de la evidencia y sus “ataduras”. Como ya se ha comentado antes en este blog, las particularidades del abordaje osteopático, desentonan con la rigurosidad procesal del método científico. No obstante es nuestro deber aproximarnos a él, conocerlo, entenderlo y lo más importante adaptarlo a nuestro proceder:

 “No research is osteopathic by itself, the investigator must make it osteopathic by interpreting it in the light of osteopathic philosophy and practice” Patterson 2005

En mi opinión esta frase resume como pocas el sentido de este discurso. Difícilmente el método científico permitirá una investigación en osteopatía respetuosa con sus principios fundamentales pero eso no debe frenar en ningún caso la investigación en osteopatía. La función de la ciencia es ofrecer una descripción de los fenómenos sensorialmente percibidos. No es una colección de verdades absolutas, la ciencia es la recopilación de una serie de declaraciones falsables que tratan de explicar el mundo que nos rodea (Schulze-Pillot 1998).

Janine Leach, en su artículo-editorial “Towards an osteopathic understanding of evidence (2008)”, explica como la investigación puede dar soporte a aspectos tan sutiles como el holismo, la palpación, la relación terapéutica y a los procesos de auto-curación del cuerpo. La evidencia científica es sólo una pieza del rompecabezas de la información, reunida y sintetizada por un terapeuta mientras interactua con un paciente. A menudo nos quejamos de la poca investigación que hay en Osteopatía incluso para fundamentar los marcos teóricos de nuestra propias investigaciones. Pues bien, es un error pensar que un osteópata solo puede usar investigación en osteopatía par fundamentar sus afirmaciones (Caroline Stone 2012). El abordaje osteopático esta fuertemente fundamentado en los procesos fisiológicos y en la biomecánica general orgánica. Toda investigación en el campo biomédico ha de servirnos de base para construir nuestro propio fondo de investigación. Solo hay que conocer el método, seguir sus normas, aplicar nuestros principios y tener la ilusión y valentía suficiente para realizar un trabajo serio que utilice el conocimiento existente y le aplique un abordaje osteopático para obtener nueva información. Evidentemente existen limitaciones, como las hay en cualquier investigación fundamentada en un modelo de práctica centrada en el paciente y no en el problema clínico. Como hablamos en la entrada sobre el uso de placebos, la interacción entre terapeuta y paciente hace imposible separar los efectos específicos de la intervención de aquellos no específicos. Eso hace que sólo se pueda evaluar el efecto total del resultado al no poder determinar “el componente activo” de la intervención (Edwards 1998). No obstante se proponen soluciones dentro del método para responder a estas dificultades. Los ensayos clínicos pragmáticos basados en un mayor conocimiento de la complejidad del entorno terapéutico y de sus intervenciones o los diseños epidemiológicos mixtos que realizan a la vez un análisis cuantitativo y cualitativo en el mismo estudio.

Los primeros pasos de la investigación en Osteopatía se han dirigido  a demostrar la eficacia de las técnicas osteopáticas en determinadas entidades clínicas. Existen ya algunos estudios dónde el concepto de tratamiento y no el de técnica es preservado. Son estudios que, aunque muy mal valorados desde un punto de vista metodológico, ponen las primeras piedras sobre el que debería ser nuestro modelo de investigación. Un modelo más basado en demostrar efectividad y eficiencia y no tanto la eficacia. No podemos desprendernos del entorno clínico en el que se desarrolla nuestra actividad, no existe la Osteopatía de laboratorio. Aunque hace tiempo que algunos lo reclaman, un modelo nuevo de investigación que abarque el concepto holístico tardará mucho en llegar. Eso no debe ni desanimarnos, ni frenar nuestro impulso de probar nuestros procedimientos para comprender que es lo mejor para nuestros pacientes. Recordad que ‘evidence based medicine’ en inglés no significa ‘medicina basada en la evidencia’ sino medicina basada en pruebas. No hay nada evidente ni verdades absolutas en ciencia, simplemente hipótesis nulas rechazadas. Cuál es tu hipótesis?

REFERENCIAS

Patterson M.M., 2005, Toward a Philosophy of Osteopathic Research, WOHO Conference and General Meeting, Paris, 8th January 2005

Edwards R.A. 1998, Research and the goal of improving patient care, Forsch.Komplementärmedizin, 5(Suppl.1): 116-120

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