Esta semana un paciente me ha formulado de nuevo la pregunta ¿Porqué dejas tantos días entre visita y visita, no avanzaríamos más rápido acortando el tiempo entre visitas? Para esta pregunta tengo una respuesta automática, memorizada y en la cual creo firmemente. Ensalzo los principios osteopáticos y les explico que soy simplemente una ayuda para que el cuerpo haga el trabajo, que para ello necesita tiempo…etc
No obstante, una de las preguntas que a menudo me hago durante el tratamiento de mis pacientes es establecer cuanto tiempo dejo entre cada sesión. Dejando a un lado la logística que supone lidiar con cualquier agenda, veo entre mis colegas, una gran variabilidad de criterio en el momento de dejar actuar “al médico interno” después de nuestra intervención
Existen elementos claramente condicionantes como la edad del paciente, la agudeza o cronicidad del problema, el estado de salud general, sus antecedentes médicos y la profundidad y eficacia del tratamiento. Los osteopatas a menudo hablamos del “vitalismo” de la persona tanto para medir su capacidad de adaptarse a la disfunción como su capacidad de aceptar el tratamiento osteopático. No obstante, es ese vitalismo una percepción subjetiva de cada terapeuta o existe algún criterio para establecer una orientación?.
Existen escritos de los primeros osteópatas (bonesetters) que trataban hasta 3 y 4 veces al día a un mismo paciente dando “dosis” repetitivas de tratamiento. En el otro extremo existen osteópatas que jamás ven a un paciente antes de uno o dos meses después de cada sesión. Depende del sistema corporal sobre el que estés actuando? diríamos que aparte de cada paciente, cada tejido tiene un ritmo distinto para su mejora? Depende de nuestra destreza manual? La realidad es que existe una gran disparidad de realidades.
En mi consulta suelo tener dos perfiles de pacientes muy diferenciados, o muy agudos o muy crónicos. Mi posicionamiento ha ido cambiando a lo largo de los años. Para mi el hecho de lidiar con pacientes con problemas muy agudos (y por lo tanto menos compensados o con menos adaptaciones) solía empujarme a visitar al paciente con una frecuencia más alta para intentar resolver las disfunciones lo antes posible y evitar la instauración de según que patrones compensatorios. El paciente crónico (con menos recursos adaptativos y capacidad de reacción a mi tratamiento) me obliga a leer su historial de disfunciones para abordarlo con un plan de tratamiento más largo, espaciado y reajustado según la evolución.
Actualmente he cambiado mi forma de enfocarlo y, aunque confío plenamente en las capacidades del propio organismo para reequilibrarse, tengo mucho más éxito planteando un tratamiento en dos fases: una primera más intensa (2-4 visitas / 7-10 días entre sesiones) y una segunda más espaciada (dependiendo de evolución y problemática del paciente)
Es evidente que no existe ninguna regla al respeto y que son un montón de factores los que determinan esta decisión. Es el paciente, su historial clínico, la naturaleza de su problema, nuestra eficacia diagnóstica y terapéutica. No obstante, creo interesante reflexionar sobre ello y abrir deliberadamente el debate en este post para conocer la opinión de mis colegas de profesión
Queda pues abierto el debate, os invito a participar!
Hola Gerard!
En primer lugar darte las gracias por crear este tipo de blogs, crear un debate constructivo entre osteópatas creo que es un muy buen camino para llegar a algo bueno en nuestra amada profesión.
Llevo unos 4 años trabajando en consulta de osteopatía y también creo fielmente en los «principios osteopáticos» a los que haces incapié. Desde mi corta experiencia creo que me ha ayudado mucho en la buena evolución de mis pacientes el reducir el tiempo entre tratamiento y tratamiento.
Al preguntar sobre cuánto tiempo deberíamos dejar para que el cuerpo «trabaje» e integre nuestro tratamiento a osteópatas de «largo recorrido», profesores y buscar en libros de osteopatía, en la mayoría de casos me comentaban que ellos dejaban un mínimo de 3 semanas (excepto en casos agudos, como tu bien dices, que entonces se reduciria). Otros me decían que variaba mucho en función del paciente y la patología, sin «mojarse» demasiado supongo porque debían hacer lo que ellos sentían realmente.
Pues bien, me pasé los primeros años de consulta tratando de espaciar unas 3 semanas los tratamientos. Ahí me di cuenta que en los casos agudos era demasiado tiempo. Por ejemplo en ciertas cérvico- braquialgias que cursan con mucho dolor creo que no se puede dejar pasar demasiado tiempo y es interesante saber la evolución del paciente para poder decidir si tratarlo en una o en dos semanas.
Actualmente lo que hago es espaciar a dos semanas durante las 3 primeras sesiones y si la evolución es favorable alargarlo a 4, 5 o 6 semanas.
También es cierto que conforme vamos mejorando a nivel de conocimientos y percepción también va variando este tiempo que le dejamos al «médico interno» de cada paciente.
Bueno, pues esta es mi opinión, insisto que desde mi corta experiencia.
Un abrazo
Xavi
Gracias Xavi por tus comentarios, veo que estamos en la misma línea de pensamiento. Un abrazo fuerte!
Gerard
Hola Gerard,
Gracias como siempre por tus acertados posts.
Coincido contigo en muchas de las preguntas que te haces a ti mismo y también en esa respuesta-tipo que das a tus pacientes «impacientes». Son también mi día a día…(qué hem de fer!!!)
De los mayores aprendimos no sólo a no tratar demasiado frecuentemente, sinó también a no sobre-tratar en cada sesión -creo que esto último da para más de un post 😉 – pero también me asalta la duda sobre cuál el tiempo óptimo de espera entre sesiones para cada caso.
La cronicidad y lo agudo del caso son como dices factores a tener en cuenta, también la edad, el tipo de patología, el estado de salud general del paciente (incluida su salud mental y emocional) y quizás incluso el sexo del paciente. Todo ello puesto en común me lleva a la inexistencia de una «fórmula mágica». Demasiadas variables no controlables.
Por mi parte, sólo muy excepcionalmente veo al paciente antes de 12-15 dias después de la primera sesión. Y eso es en casos «agudos-agudos»… La tercera sesión, si es necesaria, suelo programarla normalmente 4 semanas después de la segunda. O sea: normalmente veo a paciente 3 veces en 45 dias.
Son bastantes los pacientes que se sorprenden de la distancia entre sesiones (sobretodo aquellos que han seguido tratamiento quiropráctico antes…); pero muy pocos los que no ven resultados llegada esa famosa 3ra sesión….
También creo que no somos nosotros los que debemos hacer las valoraciones finales: el que se cura (o no) es el paciente. Nosotros «sólo estamos presentes en un momento dado» (ayudando a que las cosas se muevan, eso si….).
Un abrazo y gracias crack!!!
Muy acertado Gerard generar este tipo de post «rápidos» para poder dejar comentarios.
Este es un tema muy interesante porque realmente todos podemos aprender de los comentarios de otros.
Estoy de acuerdo con lo que comentáis, ya que hay muchos factores del paciente difíciles de controlar y nuestra experiencia va cambiando a lo largo de los años. Desde que yo era estudiante, siempre me dijeron que al paciente normalmente se le ve cada 7 días, durante dos, tres o cuatro sesiones. Hasta el momento, yo sigo trabajando de forma parecida, pero quizás con un poco más de conocimiento sobre cuándo y por qué quiero que vuelvan a recibir tratamiento.
Por ejemplo, si tengo un paciente especialmente agudo, quizás le pida que vuelva a lo largo de la misma semana, pero posiblemente haré dos tratamientos de 15 minutos de duración. A la vez, intento asegurarme que el paciente tenga claro qué cosas debe hacer en casa para aliviar los síntomas. Personalmente, pienso que si el paciente «agudo» no se siente arropado durante esa fase de más dolor, acabará desmoralizado y quizás lo pierda.
Muy distinto sería tratar a alguien agudo, pero por ejemplo con un proceso griposo. En esos casos, he aprendido que el patrón de tratamientos cambia. Tratamientos localizados, cortos, quizás de cinco minutos, cada media hora y siempre respetando la evolución del paciente.
Bueno esta es un poco mi experiencia, pero cómo todo en la osteopatía no hay nada blanco, ni nada negro, todo depende.
Un mundo interesante este de la osteopatía.
Un saludo
Gracias Lluis y Diego por vuestros comentarios, ciertamente el tema del «sobre-tratamiento» o el decidir cuando una sesión ha terminado da para otra post y otro largo debate (Tomo nota)
Me ha sorprendido Diego lo de los tratamientos cortos (de 5 min) cada media hora. Como lo haces? tienes al paciente allí contigo todo el rato? Por otro lado, lo de las recomendaciones para casa entre sesiones ciertamente es fundamental.
Gracias por las aportaciones
Hola Gerard, esos tratamientos cortos se recomiendan cuando el paciente está enfermo en una fase aguda. El paciente suele estar en su casa y en cama, el osteópata permanece a su lado durante varias horas durante las cuales va alternando pequeños tratamientos manuales y quizás empleando algo de hidroterapia. Los tratamientos, por así llamarlo, son muy simples quizás bombeo a nivel del bazo o hígado, drenaje de la cabeza y pulmones, inhibición suboccipital, inhibición ganglios simpáticos. A mi personalmente me resulta muy bonito trabajar así, pero hoy en día es casi imposible porque cuando un paciente está medio malo, normalmente te cancela la visita y te dice que mejor dejarlo para otra semana.
Supongo que en esto habrá tantas opiniones como osteópatas.
Saludos y salud, nos vemos
Gracias Gerard por este «post» pues a los que nos iniciamos en este mundo, o al menos a mí, es la pregunta que se nos plantea mientras el paciente se está vistiendo…»cuantos días le doy?? semanas??…» y la señal a veces me la da el propio paciente cuando en el anamnesis de evolución te relata «pues he estado bien las dos primeras semanas».
Inevitablemente me surge la siguiente duda, ¿cuándo me arriesgo a alargarle una semana más, si al paciente no le da tiempo a notar la sintomatología inicial?. Supongo que será cuestión de ir añadiendo días sin que lo note mucho el paciente.
Saludos!
Yo también utilizaba esta metodología, pero decidí prescindir un poco de lo que el paciente me comentaba verbalmente para tomar una decisión más basada en lo que sentía durante el tratamiento. No obstante, no suele diferir demasiado una cosa de la otra.
Me alegro de «verte» por el blog. Un beso
Habiendo recibido formación en osteopatía clásica ( Body Adjustment) en el año pasado, y un poco por lo que he leído sobretodo de Littlejohn y de Mervyn Waldman DO, actualmente aplico este enfoque en mi consulta. Básicamente repito lo que ha dicho Diego, en casos muy agudos ya sea por problemas ortopédicos o tipo fibre, bronquitis, neumonías el tratamiento debe de ser muy corto, quizás de 5-10 minutos, pero repetido muy frecuentemente durante el día y luego ir espaciando el tiempo a medida que el paciente mejora. Lo mismo ocurre en por ejemplo la homeopatía. El problema es que a principios del siglo XX había hospitales osteopáticos en Estados unidos en donde los pacientes estaban ingresados en él y recibían tratamiento osteopático cada poco tiempo, mientras que ahora esto es imposible y básicamente este enfoque osteopático sólo lo puedo aplicar a la gente que vive conmigo y que dispongo de él en cualquier momento.
En casos ortopédicos agudo los visito 2 veces a la semana,casos crónicos suelo hacer 4-5 sesiones una vez por semana y luego una vez al mes aproximadamente, aunque depende de muchos factores. Yo creo que lo importante no es sobretratar al paciente. La rutina del BA suele recomendarse no excederse mucho tiempo, aproximadamente 20-25 mintos es lo más recomendable.
Un abrazo.
Biel Sunyer
Gracias Biel por tu comentario
Entiendo la metodología que empleais pero (almenos en mi caso) la veo casi imposible de trasladar a la práctica. En el contexto hospitalario tal vez sería posible pero desafortunadamente esta no es la situción de la mayoría de Osteopatas. Aún así, creo que se pueden sacar ideas y hacer ciertas modificaciones, siguiendo el esquema que proponeis en relación a según que presentaciones clínicas acudan a la caonsulta
Un saludo