15032818_1681352768861717_3267940440097133078_nDel 17 al 20 de Noviembre de 2016 y organizado por la Osteopathie Schule Deutschland se ha celebrado en Berlín la décimotercera edición de su Congreso Internacional de Osteopatía. Este congreso, tanto por su magnitud, como por la calidad habitual de sus ponentes, es uno de los eventos anuales señalados en el panorama osteopático europeo. Bajo el título «Trauma, ANS and Osteopathy» la edición de este año presentaba novedades importantes. El programa estaba compuesto por nombres eminentes y habituales en los congresos de Osteopatía, pero también por todo un elenco de investigadores básicos en el campo de la neurociencia y, especificamente, en el campo del sistema nervioso autónomo. Al frente de ellos, el Prof. Wilfrid Jänig se aseguró de invitar a este congreso investigadores de alto nivel en este campo, lo que daba a esta edición un carácter único con un atractivo adicional. El resultado ha sido que cerca de 900 osteópatas provenientes de toda Europa se han congregado estos días en Berlín para profundizar en los procesos interoceptivos, el sistema nervioso autónomo, las consecuencias del trauma y su posible abordaje osteopático. Esta es la crónica de lo acontecido y de las reflexiones que me ha provocado la asistencia a este congreso.

Las sesiones de mañana se abrían con 3-4 ponencias a cargo del grupo de neurofisólogos donde se explicaron (con gran elocuencia) conceptos muy complejos y se presentó el resultado de un sinfín de investigaciones realizadas eminentemente en animales, pero también en algunos modelos humanos. Después del descanso matinal era el turno de los ponentes osteópatas con la clara intención de mostrar la aplicabilidad y la integración clínica de todos estos conceptos bajo una perspectiva osteopática. Por la tarde se organizaron varios workshops impartidos indistintamente tanto por los neurofisiólogos como por los osteópatas. Organizar el congreso de esta manera respondía sin duda a un claro objetivo: Profundizar en las bases neurofisiológicas de la medicina manual y explorar específicamente sus efectos sobre el sistema nerviosos autónomo y demás sistemas integradores. Bajo mi punto de vista, este objetivo no se alcanzó o tal vez mis expectativas eran demasiado altas….Pero una cosa está clara, falló la connexión. Vayamos por partes.

Más allá de la constatación empírica (normalmente positiva) que obtenemos con el tratamiento de nuestros pacientes ¿Que sabemos de los efectos de la medicina manual? Tomemos como base el modelo de Bialosky. Existe un cuerpo de evidencia suficiente para afirmar que la medicina manual tiene un doble efecto: a) Un efecto mecánico y b) un efecto neurofisiológico. Si somos un poco más explícitos, podemos afirmar que este efecto sobre la neurofisiología ocurre en distintos puntos de la via aferente. Se ha comprobado a nivel periférico, a nivel espinal y a nivel supraespinal reforzando la idea que es precisamente en la modulación del sistema somatosensorial (y no en la estructura) donde reside la mayor parte de la efectividad de la medicina manual. La constatación de que nuestras técnicas activan núcleos centrales muy relacionados con las respuestas vegetativas e inmuno-endocrinas, permite sostener la hipótesis del efecto autonómico de nuestras intervenciones. A eso, se le suman las respuestas reflejas obtenidas a partir de la actividad sináptica ubicada en la sustancia gris medular. Todos estos datos son conocidos y, entre otras cosas, han permitido dejar atrás algunas creencias y teorías antiguas en las que se han basado muchos conceptos osteopáticos. Pero para saber eso, bastaba con leer a Bialosky y compañía….

Las exposiciones del grupo de neurofisiólogos fueron realmente brillantes y, bajo mi punto de vista, dejaron claro a la audiencia cuál debe ser el punto de mira para la investigación sobre los efectos de la osteopatía. Explicaron cuales son las reglas del juego, con que fichas se juega y que efecto tiene cada movimiento. Sin embargo, los jugadores, a los que correspondía enseñar como se juega, fueron muy flojos…..bajo mi punto de vista, no estuvieron a la altura. Se presentaron varios abordajes osteopáticos, que por otra parte, no representan ninguna novedad, más bien lo contrario. Des del modelo de “le Lien Mécanique”, pasando por el modelo de la Osteopatía Clásica al SAT (Specific adjustment technique). Algunos intentaron realizar la conexión con la base teórica que se estaba mostrando en el congreso, otros ni tan siquiera lo intentaron. Para colmo, hubo muchas ponencias sin relación aparente con el motivo que nos reunía en este congreso.

La sensación que se transmitió a la audiencia es que ambas partes (neurofisiologos y osteópatas) intuyen, creen y parecen aceptar que el efecto de la medicina manual reside en estos procesos interoceptivos y en la capacidad de desencadenar respuestas tanto de tipo motor como autonómicas. Sin embargo, al menos en este congreso, falló la conexión y acabamos asistiendo a dos sub-congresos, uno de neurofisiología experimental y otro de “Osteopatías del mundo”. Para mi, gran parte del problema residió en la elección de los ponentes y en el hecho habitual de que para garantizar el éxito de la convocatoria se priorizan los nombres conocidos a los que realmente tienen algo que aportar al tema tratado. Si dejamos de lado las siempre brillantes ponencias de Christian Fossum DO y el Prof. Frank Willard PhD, DO más alguna aportación interesante del Dr. Raymond N. Perrin PhD, DO, el resto de ponencias aportaron más bien poco y otras, directamente, hablaron de temas muy poco relacionados con la temática en cuestión. En mi opinión, tratándose de un congreso internacional tan concurrido y con tanta proyección, no entiendo las ausencias imperdonables de osteópatas muy implicados en este campo y con buenas aportaciones publicadas en la literatura. Por ejemplo los italianos Francesco Cerritelli, Nuria Ruffini o  Giandomenico D’Alessandro, autores de este y este artículo. O Charles Henley autor de este artículo. Hubiera sido interesante ver los trabajos sobre el sistema linfático de Shander o el trabajo de  Stevan Walkowski para nombrar algunos solamente. Como apunte, y tomando en consideración la atención que se prestó por parte de los neurofisiólogos a tratar los reflejos somatoviscerales y viscerosomáticos, es sorprendente lo antiguas que son las referencias que manejan. Pareciera que después de los trabajos de Akio Sato y Robert Schmidt poco se ha realizado en este campo. Este fue un hecho que me sorprendió

En conclusión, la parte positiva de todo ello es que un congreso de este estilo haya existido. Si bien pienso que hubiera podido ser mejorado seleccionando los speakers con más criterio, un congreso así hubiera sido impensable hace un tiempo. Que la Osteopatía se acerque a la ciencia básica de una forma tan decidida debe ser algo aplaudido. Sin embargo, si el gesto se reduce a a un acercamiento público en el expositor que supone un congreso internacional, habrá servido de bien poco. El camino está trazado, ahora ya es cosa nuestra.